<img style="float:right; margin:0 0 10px 10px;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 240px;" src="/vbuf/assets/images/DSC01843+copia.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5476081354485727074" />Normalmente escribo entradas destinadas a todo el mundo. Hoy no es un día normal.
Es extraño volcar parte de ti en un sitio, en un blog, en un cuaderno, en una persona... es raro lo distinto que tratas a esas cosas.
En un blog te paras a cuidar tu ortografía, en un cuaderno te paras a poner parte de tu toque personal, y en una persona te paras a dejar tu huella.
Sin embargo, puede fallar la conexión a internet, puedes perder el cuaderno, y puedes perder a esa persona.

Pero también me he parado a pensar que cuando abres cada una de esas cosas, necesitas una vida entera para cada una. Te demoras en escribir una nueva entrada, quieres que sea algo especial. Te demoras en escribir en el cuaderno, quieres que sea algo intenso. Y en cambio, con esa persona todo vale, cualquier pego, cualquier detalle, cualquier palabra... Todo hace de ese tiempo una vida. Risas, gritos, chistes, imitaciones, caras, sonrisas, caidas, tropezones, sorpresas, susurros, miradas... Detalles que marcan la diferencia entre vida, y papel.

Por ahora he explicado casi todo el título, y ahí llega la parte personal. No basta con leer, tienes que sentir, esto es tu vida, no es solo un blog, ni tu cuaderno es solo un trozo de papel.