Burbujas como en Roma.
"Rrrrr! Ssssssssssssss... Rrrckk! Gluuu glluuu gluuu.."
...y qué rica que está!
Quizás necesites una explicación, o alomejor sabes de lo que te hablo.
Hablo de miles de burbujas brotando de tu interior, circulando, sin tocarse, sin explotar, hasta que llegan a la superficie y saltan como locas, abrazándo al aire como dos viejos (o no tan viejos) amigos cuando se ven de nuevo, desde hace tiempo. Hablo del instante en el que pasa, que sin saberlo, es el perfecto. Hablo del mientras, durante y mediante, que siendo los más marginados, son los más reconfortantes... Hablo del placer del qué, porque no hay nada tan refrescante como un buen trago de ti.
No hablo de lo que crees, pero seguro que has sentido lo que digo, sin saberlo.
¿Cuántas veces has abierto una?
Yo, pocas. Me gustaría meterme dentro y ser parte de las burbujas. Estar en cada góndola de Venecia, apagándo las tardes y cerrandote los ojos bajo el placer de un beso.
No hay burbujas como las de Roma.