Rojo y negro, blanco y verde, una llama y me salen alas.
Deja que esto siga, que no despierte, que no baje de esta nube blanca, de colores, entre estrellas.

Caramelos de colores, sabor caco-cola, sabor fresa, sabor.. no sabe, pero el rojo sabe a tequila y el negro a caramelo. Flashes y luces se mueven entre nuestras cabezas. Gritos y sonrisas meciendo la sala, y silencios al ritmo de mi corazón se repiten entre cada caja.

Muchos chupitos al centro, y cuatro se salen a perseguir ratones. Aire blanco nace de nuestros pulmones, sube tranquilo, despacito, sin prisas, y relajando... poco a poco.

Numeros pares: tú y yo; cosas impares: yo sin ti; cosas de verdad: yo, y ya está. Soledad bajo una estrella, vacía, sin sentido... también me la he bebido.

Hay noches, con una luna color blanco plata, sabor dulce, de esos que te bajan.. y te reconfortan, de arriba a bajo; con ángeles en cada sueño, color carne, sabor a ti, de ese que tanto me gusta, inconfundible, que me confunde, que funde mis sentidos en un solo.

Hay días... pero de eso hablaremos mañana, eso es cosa mía, no de quien escribe: mis dedos, intranquilos, con ganas de liberarse y de escribir lo que siento.

Mmmm no sé lo que digo: por eso lo escribo. Pero sé lo que pienso, y por eso me guío. Escribiendo con los ojos cerrados.. Te veo, te miro, y te describo.

Muchos quizás, muchos puede, muchas lágrimas al aire y pocas son capaces de decir lo que quiero. Noches a la luz del foco, de las estrellas, de flashes y de luces de discoteca. Noches sabor ruleta, pero hoy de cinco veces, no he probado ninguna.

Quizás lo entiendas, quizás sepas leer entre líneas, entre espacios, entre comas y silencios. Porque no es más importante una nota cualquiera que un silencio, al amparo de tus ideas.

Yo, quizás mañana, entienda todo esto. Porque hoy solo escribo, esclavo de mis sentimientos, y sin miedo. Sin miedo... eso es lo más importante.