Estrellas de madera
<img style="float: right; margin: 0pt 0pt 10px 10px; cursor: pointer; width: 320px; height: 278px;" src="/vbuf/assets/images/Foto0117.jpg" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5563739540309477762" border="0" />
En la mesa, rebotan golpes, soplo virutas de goma y cojo otra vez el lapiz, rompo folios sucios y me saco más mierda de dentro. Cuarenta y cinco entre un pincel y su lienzo, a tres metros bajo el suelo, tumbado, boca arriba, pintando estrellas blancas en el falso fondo de un cajón, esperando que alguien abra y vea su luz.
Se acumulan los folios, llenos de tachones y de penas. La tinta se corre si lloro, y esto ya es un mar negro, salado. Papel y lágrimas.. Fango. Cuesta moverse, cuesta levantarse, cuesta vivir.. y encima me han echado la llave, o fui yo y la tiré, no sé. La única salida es el techo, que tanto me ha costado pintar, y ahora toca echarlo abajo.
Al menos podré subir al cajón que he estado pintando y ahora me voy a cargar. Podré pisar las estrellas, cuidarlas por dentro, hablarles y pedirles perdon. Podré estar a un metro setenta y seis sobre mi propio cielo.
Ya he dejado muchos cajones debajo de este...
Espero que no sea solo otro más, estoy empezando a poner la decoración, y esta vez..
no hay llave.
En la mesa, rebotan golpes, soplo virutas de goma y cojo otra vez el lapiz, rompo folios sucios y me saco más mierda de dentro. Cuarenta y cinco entre un pincel y su lienzo, a tres metros bajo el suelo, tumbado, boca arriba, pintando estrellas blancas en el falso fondo de un cajón, esperando que alguien abra y vea su luz.
Se acumulan los folios, llenos de tachones y de penas. La tinta se corre si lloro, y esto ya es un mar negro, salado. Papel y lágrimas.. Fango. Cuesta moverse, cuesta levantarse, cuesta vivir.. y encima me han echado la llave, o fui yo y la tiré, no sé. La única salida es el techo, que tanto me ha costado pintar, y ahora toca echarlo abajo.
Al menos podré subir al cajón que he estado pintando y ahora me voy a cargar. Podré pisar las estrellas, cuidarlas por dentro, hablarles y pedirles perdon. Podré estar a un metro setenta y seis sobre mi propio cielo.
Ya he dejado muchos cajones debajo de este...
Espero que no sea solo otro más, estoy empezando a poner la decoración, y esta vez..
no hay llave.