Mirando la luna escarchada, gajo de naranja con cáscara, solitaria y tumbada.
Es capaz de helarme por dentro, de hacerme sentir su sabor, de sentirme solo sin ella, y de tumbarme con su mirada.

Aún recuerdo cuando te vi ayer, tan pequeña, a unas horas en las que todavia no existen calles por las que andar. Si miras al suelo, caes. Si miras al cielo, ves el suelo, y andas sin sentir tus pies.

Aún recuerdo tantas mañanas sin ti, aún recuerdo que me acompañaste cuando nada hubo que me diese calor. Aún recuerdo que tú eres como yo: Estas sola, pareces helada por dentro, o sonries, o bostezas, y sobretodo, a veces necesitas de cariño, y anocheces de día para poder sentir el calor de esa estrella color rubia que nos da tanto calor cuando lo necesitamos.


Se que no hace falta recordar, si no oir tus susurros, si no sentir, si no buscarte, mirarte y...
ahora no, estoy esperando al viento, para que me enseñe a hacerlo.


Si te cabe el cielo en un abrazo

siempre habrá una estrella para ti.

Si catorce vidas son dos gatos

aún queda mucho por vivir…


Fito, grande