Dos cielos.
Es un cielo apagado, triste y solo; sin estrellas, con unas cuantas esponjas oscuras que lo nublan y lo arropan; y con viento, deseoso de limpiarlo y mostrarlo entero. Y aun así, es precioso.
Me encanta.
Si te dijese que eso es lo que se refleja en ellos, te mentiría. Son profundos, como un pozo en el que si tirases algo, te regalaría un eco que entraría por tus oidos para hacerte vibrar por dentro.
Si te dijese que eso es su color, te mentiría. Es oscuro, pero no triste, es un oscuro penetrante y a la vez transparente, como la suave tela de una araña, pero este te deja incapaz de apartar la mirada, e incapaz de aguantarla.
Eso es algo que solo puedes ver deteniendo el tiempo, cuando los intentas acariciar con la mirada. Entonces te atrapan, te arropan, te hacen sentir, se meten por tus ojos, y te hacen ver lo que ven ellos. Ves el cielo.
Son sus ojos.
Me encanta.
Si te dijese que eso es lo que se refleja en ellos, te mentiría. Son profundos, como un pozo en el que si tirases algo, te regalaría un eco que entraría por tus oidos para hacerte vibrar por dentro.
Si te dijese que eso es su color, te mentiría. Es oscuro, pero no triste, es un oscuro penetrante y a la vez transparente, como la suave tela de una araña, pero este te deja incapaz de apartar la mirada, e incapaz de aguantarla.
Eso es algo que solo puedes ver deteniendo el tiempo, cuando los intentas acariciar con la mirada. Entonces te atrapan, te arropan, te hacen sentir, se meten por tus ojos, y te hacen ver lo que ven ellos. Ves el cielo.
Son sus ojos.