Porque cada copa es un paso al desvarío.
Porque merece la pena perderse.
Porque después de andar mil calles, llegas.
Porque te alegras de ver caras.
Porque te alegras de haberlo conseguido.
Porque estás deseando volver a hacerlo.
Porque hablas.
Porque te desahogas.
Porque desconectas.
Porque nadie espera en la puerta.
Porque nadie pide explicaciones.
Porque habrá mil noches como esta.
Porque no hay un segundo que quiera borrar.
Porque no hay un segundo que pueda igualar.
Porque no hay razones para escribir.

Simplemente noches como esta merecen la pena.