Verte en mi voz, y besarte con morderme los labios.
Abrazarte, y olerte en la brisa de la vuelta a casa, incitandome a dar media vuelta.
Sentir tus abrazos en la cama, cuando no estás.
Para esto sirven los recuerdos,
para dejarlos salir a pasear,
y que vuelvan cuando quieran.