Elige tus sueños
"Todo puede serle arrebatado a un hombre, menos la última de las libertades humanas: el elegir su actitud en una serie dada de circunstancias, de elegir su propio camino. ¿No podemos cambiar la situación? Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento."Viktor Frankl
+ Mamá, mamá, sigue con el cuento y deja de mirar a papá.
- Vale cariño, a ver por donde iba... Ah ya!
"Y se encontraba en aquel bosque, tras los árboles, a los pies del castillo en el que se encontraba el motivo del rastro de sangre que llevaba a sus espaldas, y quizás su muerte si seguía adelante. Podría haberse dado la vuelta, volver a la taberna donde aquella dama le contaba cuentos cada noche, y a veces le dejaba entrar en ellos y hacerlos suyos. Pero esa noche él debía ser la esperanza tras el malvado que rapta a la princesa, aunque su princesa no ostentase tierras ni riquezas, si no deudas y labores de sirvienta, y sin ser un caballero, si no pobre y herrero. Pero esa noche las estrellas estaban consigo, ellas se lo dijeron, la luna salió rebosante de plata, para afilar las grietas de sus bastas armas, y el honor de un hombre le prestó la mayor coraza que puede tener un hombre: enfrentarse a sus miedos, hasta que se retuerzan de dolor y se encojan, y dejen ver su rostro, un corazón lleno de amor, una vida entera escuchando sus cuentos y haciéndola sentirse reina aún sin estar en ellos."+ ¿Y qué pasó después mamá?
- Después viniste tú, cariño.
Son muchos los días en los que no sabes a qué aferrarte, hacia qué motivo alargar la mano y no separarte de él aunque todo vaya en tu contra. En qué parte de tu corazón esconderte para no enfrentarte a tus miedos, o a los amores que dicen no ser tuyos. Muchas veces son las lágrimas las que te marcan un camino que te tienta, fácil y sencillo, que tan solo es dejarte caer y descansar.
Cuando esa es tu única opción es cuando debes buscar en lo más profundo de tu ser, quién eres y recordar todo eso que solías querer ser. Es cuando debes levantar la vista al cielo, y recordar qué querían que fueses y sabían que llegarías a ser. Es cuando debes levantar tus rodillas del suelo y empezar a crecer, a inflar tu pecho y coger fuerzas, a secar tus ojos y mirarte por dentro, a apretar los puños y hacer temblar el suelo, los cielos y tus miedos. Es cuando no tienes que aferrarte a nada más que a tus sueños, preciosas fotos de mayor, y todo el que ha confiado en ti, partiendo de ti.
Y luego estás tú, cuidándome desde todas partes, y ayudando a mis lágrimas a caer para que sean ellas las que toquen fondo y no yo. Para que salpiquen de lo que soy a quien quiera hacerme caer y lloren por haberlo intentado, mientras te ríes sabiendo lo que voy a ser capaz de hacer.
Solo es eso,
tener el coraje para afrontar lo que viene, y tener la fuerza para seguir adelante, tener el corazón de par en par y que sea tu mayor arma, tener fe en quién eres, y en lo que puedes lograr.
Y tener secretos que mantener a salvo,
de las garras de cualquier villano,
y de tus días malos.
Lo importante es eso,
lo que quieres ser,
porque querer y soñar... no es tan distinto.